Ya conocemos de las virtudes saludables de un consumo moderado de esta infusión. Nuevos daros llegan de la mano de un estudio reciente publicado en una de las revistas científicas más serias: el Annual Review of Nutrition. El estudio en cuestión se trata de un metanálisis. ¿Y qué es eso? Se preguntarán. De vez en cuando un grupo de científicos revisa todos los trabajos publicados en el mundo sobre algún aspecto, en este caso café y salud, les aplican unos rigurosos métodos estadísticos a los resultados de unos y otros grupos de investigación y extraen unas conclusiones generales que resumen todo ese enorme esfuerzo investigador de cientos de grupos de investigación de todo el mundo. Las conclusiones confirman y refuerzan lo que ya hemos comentado: el café en dosis moderadas es beneficioso para nuestra salud. Solo hay dos excepciones a esta regla. Por una parte aquellas personas que muestran una extremada sensibilidad a la cafeína; ya saben, aquellos que si se toman una taza de café a partir de las cinco de la tarde ya no duermen. En segundo lugar las mujeres durante el embarazo y la lactancia. Para el resto, los resultados de este metanálisis muestran que el consumo de café reduce el riesgo de padecer los tipos de cáncer más comunes como mama, colon, endometrio y próstata; entre un 2 y un 20 por ciento de reducción según el tipo de cáncer. También se constata una reducción en un 5 por ciento del riesgo de padecer enfermedad cardiovascular (ictus cerebrales, infartos de miocardio), alrededor de un 30 por ciento de reducción en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y una tasa parecida de reducción respecto a la enfermedad de Parkinson. El estudio también pone en evidencia que los bebedores moderados de café viven más. Todos estos efectos se deben a una serie de propiedades que tiene esta bebida. Contiene antioxidantes naturales que neutralizan los radicales libres y nos protegen frente al daño de las oxidaciones. El café ayuda a reparar las moléculas de ADN dañadas lo que reduce la tasa de cancerificación de las células. El café también tiene propiedades antiinflamatorias que aplacan esa tendencia a la inflamación generalizada que ocasiona el estilo de vida sedentario y opulento y que es la causa de tantas enfermedades. La cafeína es una molécula muy similar en estructura a los llamados nucleótidos cíclicos, por eso ejerce efectos poderosos en el metabolismo. Este último efecto es de tal intensidad que muchos atletas tomaban una o dos tazas de café antes de una prueba deportiva. Hoy, para evitar excesos, la cafeína se considera una sustancia dopante: da positivo un atleta que consuma el equivalente a tres tazas de café. En resumen disfruten de dos o tres tazas de café al día porque les va a proporcionar placer, les da la excusa para una charla agradable con amigos o familiares y les proporciona salud y vitalidad.
El trabajo original se puede leer en la página:
http://www.annualreviews.org/doi/full/10.1146/annurev-nutr-071816-064941
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